Aquel día, no había puesto el despertador.
Ni trabajo, ni citas que no fueran con un destino que yo no hubiera agendado.
- ¿Ya desayunamos?
Fue lo primero que escuche aquel día, una mirada rápida al crucifijo de la pared, agradeciendo el tiempo extra que se me otorgó en este mundo.
- Si, ya voy
Como era mi costumbre, antes de desayunar había que estar bañado y arreglado. No pasaron ni 15 minutos cuando escuche entre la regadera y las televisiones, los platos puestos sobre la mesa.
Alcance a escuchar sin distinguir palabras una platica y las risas de la familia, aun así, el ambiente lo percibí tenso.
Al comedor llegue de jeans, playera y tenis, aquella era considerada como una actitud relajada, ni siquiera miré a mis papas que seguramente me vieron y reprobaron mi atuendo, me limité a desayunar rápidamente sin escuchar su conversación, di gracias y me retiré nuevamente a mi recamara.
Meditando en todo momento, intentando calcular todas las variables posibles para las 7 horas de aquella noche, nada debía fallar, nada que estuviera en mis manos.
Absorto en mis pensamientos repasé cada detalle de la fiesta, y me deje llevar de la mano por la imaginación, quien afablemente me mostró lo que yo deseaba ver, aquello dejo de ser sueño para convertirse en una realidad paralela donde incluso se podía sentir el ambiente…
A media luz, en medio de la pista, una multitud, entre la que pasábamos ella y yo, de la mano a bailar.
Unos golpes a la puerta hicieron que mi mente regresara a la realidad
- Arthur, ya es hora
- ¿Ya están todos listos?
- Ya casi
Me levante con la actitud triunfadora, resultado de aquel sueño que acababa de tener, era la única que conocía en aquel momento, gallardo, altivo y a la vez sencillo, demostrando el poder, dominio y sapiensa, que había adquirido durante aquellos 5 años de esfuerzo, trabajo y abstenciones.
Volví a bañarme y como si fuese un ritual empecé a ponerme aquella armadura, primero los calzoncillos y la playera, después la camisa de doble puño, tan blanca como la misma nieve, el pantalón de excelente casimir y calcetines de color negro, las mancuernillas hicieron su aparición cuando levanté la tapa de su estuche, doradas y brillantes acompañadas de un pisa corbatas que me gustaba bastante, una corbata única, mandada a hacer especialmente para aquella ocasión, y el saco del traje.
Afinando los últimos detalles como eran los zapatos, el peinado, etc., me di cuenta que todo lo había planeado para darle gusto a una mujer, una mujer que tenía novio, una mujer que no sabía lo que sentía por ella, una mujer que me veía, tan solo, como un amigo…
Todo en contra y yo no daba paso atrás, enfile mi mejor postura y salí de la recamara completamente listo.
El chofer había llegado a la casa, la familia lista, subí al automóvil y nos dirigimos hacia donde debíamos estar en punto de las 6 horas.
El recorrido no fue el que generalmente tomábamos, atravesamos las zonas residenciales más exclusivas del D.F. y Edo. de Méx., y por mi mente atravesaba una conversación con quien supuse era el maestro…
- Te gusta… ¿cierto?
- Si
- ¿Y has trabajado para merecerlo?
- Aun no, pero no he descansado, supongo que eso me va acercando a mis objetivos
- Y entonces… ¿qué es lo que deseas?, ¿realmente quieres algo como esto?
- No lo se, quiero otras cosas en el futuro cercano para poder acceder a esto en un futuro lejano o no muy lejano.
- Entiendo lo que quieres porque puedo leer dentro de tu corazón… y ¿se lo has dicho?
- No, supongo que es falta de valor y también un incontenible sentimiento de protección hacia ella, incluso de mi.
- Supones que le harás un daño diciéndoselo
- No lo se… tal vez si… pero no estoy seguro
- ¿Y si ella quiere lo mismo que tu y solo esta esperándote?
- Haaaa, mi mente esta nublada, no puedo ver con claridad
- En el amor se debe caminar a tientas, jamás se ve claramente, debes hacerle caso al corazón, no a los sentidos, no a la razón. Por eso el amor no lo hice palpable, no dejé que nadie descubriera su ciencia. El amor es uno de los misterios más grandes de todo el universo, en él se encuentra la esencia pura de mi propio ser.
- Entonces… ¿que debo hacer?
- Escucha a tu corazón
Después de aquella frase, me sentí vacío, algo me faltaba.
La misa corrió sin contratiempos. Los familiares de todos estaban felices… entre tantas personas, no logre distinguirla, pero ella a mi si, me lo comento aquella noche.
Al llegar al salón, ya había personas esperando, subí para guiar a mis invitados a la mesa que teníamos reservada.
Cuando bajé al lobby la vi entrar con dos amigas más, la impresión fue tal que por unos instantes desaparecieron todos de aquel lugar, era esa mística mirada que siempre encontré en su persona cuando se dirigía a mi, la causante de tal efecto, no podía hacer nada mas que deshacerme en halagos para ella en ese momento, un abrazo y un beso enmarcaron la escena. Al separarnos, nuevamente regresaron los murmullos, las voces y mis acompañantes y yo salimos de aquel lugar.
Tomamos aire, tuvimos una platica pequeña y luego volvimos a entrar, entre saludos, fotos, besos y abrazos interminables logramos llegar a la mesa, tome un vaso de refresco, caminé en su búsqueda, pero mi avance era detenido por invitaciones a bailar, brindar y tomarnos fotos que no podía rechazar.
Bailando con la que considero una buena amiga me comento cosas que nunca hubiera creído, factor importante para tomar una decisión, tal fue el inicio de la noticia que decidí parar la pieza en seco y bajar al área de fumadores donde el murmullo se hacia casi inaudible para tener completamente control de aquellas palabras.
Mientras me comentaba cuanto sabía del asunto llegaron cuatro distinguidos caballeros, que rompieron el curso de la platica, sin embargo el comentario de uno de ellos dio forma a una nueva platica en claves.
- Te anda buscando, al parecer quiere una foto.
Instantáneamente la mirada de mi amiga y la mía se cruzaron de forma sorpresiva.
- Vez… si no quiere nada, ¿por que me busca?
- No lo se peque… no lo se
Decidí esperar un poco mas y luego regresar al caluroso barullo de la fiesta, una vez ahí la encontré, sola, bailando, mirando hacia un punto en el infinito lejano, desconectada de todo cuanto la rodeaba, mi ansia por abrazarla fue tal que por poco y no logro contenerme, incluso solo contemplándola era feliz.
Un fino rose entre mi mano y su brazo hizo sacar de balance su letargo…
- ¿Qué me buscabas?
Al momento se arrojó a mis brazos y me reclamo…
- Si pequeñito quiero una foto contigo y no te encuentro
- Aquí estoy, tu dirás…
- Mi cámara esta en mi mesa voy por ella y regreso
- Ok, sirve que yo voy por la mía
- Nos volvemos a ver aquí, exactamente aquí, no te me vayas a perder nuevamente heee.
- Ok .
Llegue con cámara en mano y ella aun no se encontraba en el sitio pactado, luces, música, risas, platicas, todo estaba al alcance cuando ella dijo…
-Listo, conoces a alguien que nos la pueda tomar
- No
- Ven
Tomo mi mano y cruzamos de lado a lado la pista de baile hasta encontrarnos a algunos amigos en común que tomaron tantas fotos como les fue posible, sin embargo la competencia aquella noche era mucha, lo que es normal ya que ella es una de las mujeres más bellas de toda la escuela, pero a mis ojos, tiene el primero puesto.
Sin que sea mi intencion desviarme del tema recuerdo ahora la frase de Napoleón que dice: La imaginación gobierna el universo, y considero que exactamente esto fue lo que paso, el universo confabuló a mi favor para que aquello que al inicio se revelara como una imagen en mi mente adquiriera vida aquella noche…
Bailamos, reímos, en pareja y en grupo, no tuve ojos para nadie más en aquel sitio de sueños encontrados.
Poco antes de que terminara mi tiempo y espacio en ese crepúsculo mágico, un comentario fuera de lugar, me saco de balance.
- Arthur, dile algo, tu que sabes, jajajajaja
- Dice que mi vestido parece cortina
Mi sorpresa fue tal que no supe que responder .
- Que puedo comentar yo, si ella sabe que la quiero bien… se ve hermosísima con lo que se ponga.
Ese comentario no cumplió con las expectativas y me silencio aquel hombre diciendo
- La regaste mejor vete .
Ahora pregunto… ¿que puede decir el hombre que se encuentra atrapado en las redes del mismo amor, presa de la falta de visión objetiva ante un comentario tan desatinado como al que me enfrente?.
Con que halago puedo esgrimir una victoria, si no tengo la oportunidad de mostrar cuanto puedo…
Mire fijamente el vestido, buscando su fortaleza, la robustez del color, la caída, incluso pensé en que podría decir que era de diseñador, o que como puede dejarse afectar por el comentario de un sujeto que no sabe absolutamente nada de moda y belleza, pero me contuve, tan intensa fue la reflexión que una voz femenina comento.
- Deja de verla tan morbosamente.
Sentí que los colores me subieron al rostro, y un golpe mas a mi reputación sonó con tal eco que varios se dieron cuenta de la situación, pero ella salió al rescate de forma elegante y diplomática.
- No, él no es así te lo creería de Oswaldo, pero de Arthur no.
Solo una sonrisa pude entregarte en ese momento, pero ahora puedo plasmar una inmensa gratitud por ese voto de confianza que espero no haya quebrantado esa noche con mi imprudencia, al procurar la confesión de secreto mas celosamente guardado, un momento de silencio sepulcral que nadie pudo contener, rostros de incredulidad en los comensales, mi mano busco la tuya y la encontró, un beso en aquella blanca piel y una discreta reverencia fue la forma en que salí de aquel cuadro tan incomodo.
He visto desde hace mucho tiempo como incluso entre los que consideramos amigos, arremeten hacia uno, una crueldad que no podría observarse en la conducta de un enemigo.
Regrese a mi mesa, tome un trago y bajé nuevamente a la zona de fumadores, pero ahora solo, confundido, tal vez un poco nostálgico y triste, por haber fracasado en las expectativas que tenias en la destreza de mi saber.
Ahí, dos ojos ya conocidos, observaban atentos, no me importo, aquel era un momento para mi y no pensé siquiera en acercarme.
Fume, no se cuanto tiempo deje pasar, y volví a fumar, ya un poco más tranquilo decidí regresar a la pista de baile y terminar con lo que parecía el final irremediable de aquella utopía, algunos ya se habían retirado a la comodidad de sus hogares mientras otros tantos seguíamos festejando.
Al regreso a mi mesa, deguste un postre, un poco más de bebida y después el anuncio oficial dejado a mi libre albedrío… pero aún así sabia que no estaba sujeto a aprobación, eran los últimos 15 minutos que le daban a la noche.
- ¿ya nos vamos?
- Si, solo me despido
- Ok, te esperamos
- Sea pues…
No había otra cosa en mi mente que encontrarte, el salón se volvió treinta veces más grande de lo que ya era, y yo tan minúsculo como un ratón en busca de la salida más próxima.
Y la fortuna me sonrió esa noche, estabas justo en medio de todo el tumulto de personas que no dudo se vuelvan importantes laboralmente algún día, sin embargo, tu presencia arrancaba, de las damas junto a ti, miradas egoístas por no contar con tu atractiva figura.
Tomándote del brazo y no importándome si estabas sola o no, te estreche entre mis brazos y al oído te comente tímidamente...
- Hermosísima
- ¿Que paso pequeñito?
- Me retiro
- ¿Por qué?
- Ya es tiempo, dejo la fiesta cuanto aun es fiesta.
- No te vayas, porf…
- Debo irme corazón, pero no me quiero ir sin decirte… que te quiero muchísimo, me gustas mucho, y me encantaría salir contigo en un futuro no muy lejano…
- Si, peque, cuando quieras…
- Lastima que tienes galán…
- Jejeje (una risa casi inaudible fue lo que entregaste como respuesta) .
No hubo cosa más difícil para mi aquella noche que separarme de ti, el momento fue lento y tuve el tiempo exacto para besar tus labios… aun así no lo hice, por respeto a ti y tu decisión.
Fue la ultima vez que la ví, después supe su decisión, aquellas palabras fueron la forma sencilla y decorosa de salir airosa del problema en el que la había metido, mi intención nunca fue ponerte en una situación incomoda, se que tal vez fracasen mi empresa, sin embargo presento con esto mis más humildes disculpas.
Antes de salir, me despedí de un pequeño grupo de amigos cercanos, sin decir mucho y no oponiendo resistencia dejaron que mi huida fuera rápida y sin contratiempos… después me comentaron que nadie daba crédito a lo visto aquella madrugada.
Me han llegado rumores de tu destino, a los cuales no les he hecho el mínimo caso, ya que yo conocí a una persona distinta a la que me comentan, y me enamore de esa mujer, pero debes saber que jamás he permitido que se te ofenda frente a mi, y de eso tu eres testigo fiel.
Es tarde para arrepentirse por haber hecho o por no haber hecho determinada cosa, eso ustedes deberán juzgarlo.
Comenzará una nueva historia, cuando no se. Pronto… quizá, pero no debemos perder de vista que si le temen al amor es porque en su corazón albergan, resentimiento, tristeza y dolor.
Aun en estas fechas llegan a preguntarme como es que me fui a enamorar de ti. Pobres incrédulos, no alcanzan a comprender que cuando uno ve el fin y el inicio de todo cuanto existe en la mirada de una mujer como tu, todas las barreras del corazón caen sin que nada ni nadie pueda detenerlas.
El conocimiento superior de Guastini cabe en esta historia que inició en el trabajo, el decía que “Todos los que han hecho historia han soñado mientras trabajan”. Fuiste un gran motor en aquellas horas donde lo único que me motivaba a seguir era la esperanza de verte nuevamente tocando el cristal a mi espalda de la oficina.
Así pues Amiel comenta que… “El destino tiene dos maneras de herirnos: negándose a nuestros deseos y cumpliéndolos”, y creo que las heridas que sufro han sido causadas por estas dos espadas implacables.
Preferí, rosar la confianza que tiernamente me brindaste con la verdad y no desgarrarla con el silencio que al final fungiría como una vil mentira.
Mi valor, solo ha podido ser opacado por mi fracaso, ahora puedo dar testimonio de que existe la muerte en vida, los cuales aun siendo contrarios conforman la dualidad universal, guardando el máximo halo de misterio, para el hombre.
Ni trabajo, ni citas que no fueran con un destino que yo no hubiera agendado.
- ¿Ya desayunamos?
Fue lo primero que escuche aquel día, una mirada rápida al crucifijo de la pared, agradeciendo el tiempo extra que se me otorgó en este mundo.
Como era mi costumbre, antes de desayunar había que estar bañado y arreglado. No pasaron ni 15 minutos cuando escuche entre la regadera y las televisiones, los platos puestos sobre la mesa.
Alcance a escuchar sin distinguir palabras una platica y las risas de la familia, aun así, el ambiente lo percibí tenso.
Al comedor llegue de jeans, playera y tenis, aquella era considerada como una actitud relajada, ni siquiera miré a mis papas que seguramente me vieron y reprobaron mi atuendo, me limité a desayunar rápidamente sin escuchar su conversación, di gracias y me retiré nuevamente a mi recamara.
Meditando en todo momento, intentando calcular todas las variables posibles para las 7 horas de aquella noche, nada debía fallar, nada que estuviera en mis manos.
Absorto en mis pensamientos repasé cada detalle de la fiesta, y me deje llevar de la mano por la imaginación, quien afablemente me mostró lo que yo deseaba ver, aquello dejo de ser sueño para convertirse en una realidad paralela donde incluso se podía sentir el ambiente…
A media luz, en medio de la pista, una multitud, entre la que pasábamos ella y yo, de la mano a bailar.
Unos golpes a la puerta hicieron que mi mente regresara a la realidad
- Arthur, ya es hora
- ¿Ya están todos listos?
- Ya casi
Me levante con la actitud triunfadora, resultado de aquel sueño que acababa de tener, era la única que conocía en aquel momento, gallardo, altivo y a la vez sencillo, demostrando el poder, dominio y sapiensa, que había adquirido durante aquellos 5 años de esfuerzo, trabajo y abstenciones.
Volví a bañarme y como si fuese un ritual empecé a ponerme aquella armadura, primero los calzoncillos y la playera, después la camisa de doble puño, tan blanca como la misma nieve, el pantalón de excelente casimir y calcetines de color negro, las mancuernillas hicieron su aparición cuando levanté la tapa de su estuche, doradas y brillantes acompañadas de un pisa corbatas que me gustaba bastante, una corbata única, mandada a hacer especialmente para aquella ocasión, y el saco del traje.
Afinando los últimos detalles como eran los zapatos, el peinado, etc., me di cuenta que todo lo había planeado para darle gusto a una mujer, una mujer que tenía novio, una mujer que no sabía lo que sentía por ella, una mujer que me veía, tan solo, como un amigo…
Todo en contra y yo no daba paso atrás, enfile mi mejor postura y salí de la recamara completamente listo.
El chofer había llegado a la casa, la familia lista, subí al automóvil y nos dirigimos hacia donde debíamos estar en punto de las 6 horas.
El recorrido no fue el que generalmente tomábamos, atravesamos las zonas residenciales más exclusivas del D.F. y Edo. de Méx., y por mi mente atravesaba una conversación con quien supuse era el maestro…
- Te gusta… ¿cierto?
- Si
- ¿Y has trabajado para merecerlo?
- Aun no, pero no he descansado, supongo que eso me va acercando a mis objetivos
- Y entonces… ¿qué es lo que deseas?, ¿realmente quieres algo como esto?
- No lo se, quiero otras cosas en el futuro cercano para poder acceder a esto en un futuro lejano o no muy lejano.
-
- No, supongo que es falta de valor y también un incontenible sentimiento de protección hacia ella, incluso de mi.
- Supones que le harás un daño diciéndoselo
- No lo se… tal vez si… pero no estoy seguro
- ¿Y si ella quiere lo mismo que tu y solo esta esperándote?
- Haaaa, mi mente esta nublada, no puedo ver con claridad
- En el amor se debe caminar a tientas, jamás se ve claramente, debes hacerle caso al corazón, no a los sentidos, no a la razón. Por eso el amor no lo hice palpable, no dejé que nadie descubriera su ciencia. El amor es uno de los misterios más grandes de todo el universo, en él se encuentra la esencia pura de mi propio ser.
- Entonces… ¿que debo hacer?
- Escucha a tu corazón
Después de aquella frase, me sentí vacío, algo me faltaba.
La misa corrió sin contratiempos. Los familiares de todos estaban felices… entre tantas personas, no logre distinguirla, pero ella a mi si, me lo comento aquella noche.
Al llegar al salón, ya había personas esperando, subí para guiar a mis invitados a la mesa que teníamos reservada.
Cuando bajé al lobby la vi entrar con dos amigas más, la impresión fue tal que por unos instantes desaparecieron todos de aquel lugar, era esa mística mirada que siempre encontré en su persona cuando se dirigía a mi, la causante de tal efecto, no podía hacer nada mas que deshacerme en halagos para ella en ese momento, un abrazo y un beso enmarcaron la escena. Al separarnos, nuevamente regresaron los murmullos, las voces y mis acompañantes y yo salimos de aquel lugar.
Tomamos aire, tuvimos una platica pequeña y luego volvimos a entrar, entre saludos, fotos, besos y abrazos interminables logramos llegar a la mesa, tome un vaso de refresco, caminé en su búsqueda, pero mi avance era detenido por invitaciones a bailar, brindar y tomarnos fotos que no podía rechazar.
Bailando con la que considero una buena amiga me comento cosas que nunca hubiera creído, factor importante para tomar una decisión, tal fue el inicio de la noticia que decidí parar la pieza en seco y bajar al área de fumadores donde el murmullo se hacia casi inaudible para tener completamente control de aquellas palabras.
Mientras me comentaba cuanto sabía del asunto llegaron cuatro distinguidos caballeros, que rompieron el curso de la platica, sin embargo el comentario de uno de ellos dio forma a una nueva platica en claves.
- Te anda buscando, al parecer quiere una foto.
Instantáneamente la mirada de mi amiga y la mía se cruzaron de forma sorpresiva.
- Vez… si no quiere nada, ¿por que me busca?
- No lo se peque… no lo se
Decidí esperar un poco mas y luego regresar al caluroso barullo de la fiesta, una vez ahí la encontré, sola, bailando, mirando hacia un punto en el infinito lejano, desconectada de todo cuanto la rodeaba, mi ansia por abrazarla fue tal que por poco y no logro contenerme, incluso solo contemplándola era feliz.
Un fino rose entre mi mano y su brazo hizo sacar de balance su letargo…
- ¿Qué me buscabas?
Al momento se arrojó a mis brazos y me reclamo…
- Si pequeñito quiero una foto contigo y no te encuentro
- Aquí estoy, tu dirás…
- Mi cámara esta en mi mesa voy por ella y regreso
- Ok, sirve que yo voy por la mía
- Nos volvemos a ver aquí, exactamente aquí, no te me vayas a perder nuevamente heee.
- Ok
Llegue con cámara en mano y ella aun no se encontraba en el sitio pactado, luces, música, risas, platicas, todo estaba al alcance cuando ella dijo…
-Listo, conoces a alguien que nos la pueda tomar
- No
- Ven
Tomo mi mano y cruzamos de lado a lado la pista de baile hasta encontrarnos a algunos amigos en común que tomaron tantas fotos como les fue posible, sin embargo la competencia aquella noche era mucha, lo que es normal ya que ella es una de las mujeres más bellas de toda la escuela, pero a mis ojos, tiene el primero puesto.
Sin que sea mi intencion desviarme del tema recuerdo ahora la frase de Napoleón que dice: La imaginación gobierna el universo, y considero que exactamente esto fue lo que paso, el universo confabuló a mi favor para que aquello que al inicio se revelara como una imagen en mi mente adquiriera vida aquella noche…
Bailamos, reímos, en pareja y en grupo, no tuve ojos para nadie más en aquel sitio de sueños encontrados.
Poco antes de que terminara mi tiempo y espacio en ese crepúsculo mágico, un comentario fuera de lugar, me saco de balance.
- Arthur, dile algo, tu que sabes, jajajajaja
- Dice que mi vestido parece cortina
Mi sorpresa fue tal que no supe que responder
- Que puedo comentar yo, si ella sabe que la quiero bien… se ve hermosísima con lo que se ponga.
Ese comentario no cumplió con las expectativas y me silencio aquel hombre diciendo
- La regaste mejor vete
Ahora pregunto… ¿que puede decir el hombre que se encuentra atrapado en las redes del mismo amor, presa de la falta de visión objetiva ante un comentario tan desatinado como al que me enfrente?.
Con que halago puedo esgrimir una victoria, si no tengo la oportunidad de mostrar cuanto puedo…
Mire fijamente el vestido, buscando su fortaleza, la robustez del color, la caída, incluso pensé en que podría decir que era de diseñador, o que como puede dejarse afectar por el comentario de un sujeto que no sabe absolutamente nada de moda y belleza, pero me contuve, tan intensa fue la reflexión que una voz femenina comento.
- Deja de verla tan morbosamente.
Sentí que los colores me subieron al rostro, y un golpe mas a mi reputación sonó con tal eco que varios se dieron cuenta de la situación, pero ella salió al rescate de forma elegante y diplomática.
- No, él no es así te lo creería de Oswaldo, pero de Arthur no.
Solo una sonrisa pude entregarte en ese momento, pero ahora puedo plasmar una inmensa gratitud por ese voto de confianza que espero no haya quebrantado esa noche con mi imprudencia, al procurar la confesión de secreto mas celosamente guardado, un momento de silencio sepulcral que nadie pudo contener, rostros de incredulidad en los comensales, mi mano busco la tuya y la encontró, un beso en aquella blanca piel y una discreta reverencia fue la forma en que salí de aquel cuadro tan incomodo.
He visto desde hace mucho tiempo como incluso entre los que consideramos amigos, arremeten hacia uno, una crueldad que no podría observarse en la conducta de un enemigo.
Regrese a mi mesa, tome un trago y bajé nuevamente a la zona de fumadores, pero ahora solo, confundido, tal vez un poco nostálgico y triste, por haber fracasado en las expectativas que tenias en la destreza de mi saber.
Ahí, dos ojos ya conocidos, observaban atentos, no me importo, aquel era un momento para mi y no pensé siquiera en acercarme.
Fume, no se cuanto tiempo deje pasar, y volví a fumar, ya un poco más tranquilo decidí regresar a la pista de baile y terminar con lo que parecía el final irremediable de aquella utopía, algunos ya se habían retirado a la comodidad de sus hogares mientras otros tantos seguíamos festejando.
Al regreso a mi mesa, deguste un postre, un poco más de bebida y después el anuncio oficial dejado a mi libre albedrío… pero aún así sabia que no estaba sujeto a aprobación, eran los últimos 15 minutos que le daban a la noche.
- ¿ya nos vamos?
- Si, solo me despido
- Ok, te esperamos
- Sea pues…
No había otra cosa en mi mente que encontrarte, el salón se volvió treinta veces más grande de lo que ya era, y yo tan minúsculo como un ratón en busca de la salida más próxima.
Y la fortuna me sonrió esa noche, estabas justo en medio de todo el tumulto de personas que no dudo se vuelvan importantes laboralmente algún día, sin embargo, tu presencia arrancaba, de las damas junto a ti, miradas egoístas por no contar con tu atractiva figura.
Tomándote del brazo y no importándome si estabas sola o no, te estreche entre mis brazos y al oído te comente tímidamente...
- Hermosísima
- ¿Que paso pequeñito?
- Me retiro
- ¿Por qué?
- Ya es tiempo, dejo la fiesta cuanto aun es fiesta.
- No te vayas, porf…
- Debo irme corazón, pero no me quiero ir sin decirte… que te quiero muchísimo, me gustas mucho, y me encantaría salir contigo en un futuro no muy lejano…
- Si, peque, cuando quieras…
- Lastima que tienes galán…
- Jejeje (una risa casi inaudible fue lo que entregaste como respuesta)
No hubo cosa más difícil para mi aquella noche que separarme de ti, el momento fue lento y tuve el tiempo exacto para besar tus labios… aun así no lo hice, por respeto a ti y tu decisión.
Fue la ultima vez que la ví, después supe su decisión, aquellas palabras fueron la forma sencilla y decorosa de salir airosa del problema en el que la había metido, mi intención nunca fue ponerte en una situación incomoda, se que tal vez fracasen mi empresa, sin embargo presento con esto mis más humildes disculpas.
Antes de salir, me despedí de un pequeño grupo de amigos cercanos, sin decir mucho y no oponiendo resistencia dejaron que mi huida fuera rápida y sin contratiempos… después me comentaron que nadie daba crédito a lo visto aquella madrugada.
Me han llegado rumores de tu destino, a los cuales no les he hecho el mínimo caso, ya que yo conocí a una persona distinta a la que me comentan, y me enamore de esa mujer, pero debes saber que jamás he permitido que se te ofenda frente a mi, y de eso tu eres testigo fiel.
Es tarde para arrepentirse por haber hecho o por no haber hecho determinada cosa, eso ustedes deberán juzgarlo.
Comenzará una nueva historia, cuando no se. Pronto… quizá, pero no debemos perder de vista que si le temen al amor es porque en su corazón albergan, resentimiento, tristeza y dolor.
Aun en estas fechas llegan a preguntarme como es que me fui a enamorar de ti. Pobres incrédulos, no alcanzan a comprender que cuando uno ve el fin y el inicio de todo cuanto existe en la mirada de una mujer como tu, todas las barreras del corazón caen sin que nada ni nadie pueda detenerlas.
El conocimiento superior de Guastini cabe en esta historia que inició en el trabajo, el decía que “Todos los que han hecho historia han soñado mientras trabajan”. Fuiste un gran motor en aquellas horas donde lo único que me motivaba a seguir era la esperanza de verte nuevamente tocando el cristal a mi espalda de la oficina.
Así pues Amiel comenta que… “El destino tiene dos maneras de herirnos: negándose a nuestros deseos y cumpliéndolos”, y creo que las heridas que sufro han sido causadas por estas dos espadas implacables.
Preferí, rosar la confianza que tiernamente me brindaste con la verdad y no desgarrarla con el silencio que al final fungiría como una vil mentira.
Mi valor, solo ha podido ser opacado por mi fracaso, ahora puedo dar testimonio de que existe la muerte en vida, los cuales aun siendo contrarios conforman la dualidad universal, guardando el máximo halo de misterio, para el hombre.