lunes, 1 de julio de 2013

Una noche en el aeropuerto.



La noticia de mi primer viaje en avión a mi familia le causó un malestar, pues la premura del viaje lo asociaron con lo que era obvio, el amor y como ya conocían el nombre de la hermosa mujer que giraba en mi mente, las sospechas no se hicieron esperar.

Avancé en el plan sin detenerme, con la esperanza latente de que se cumpliera el designio divino de vernos, pero mi voluntad no bastó en este caso, pues el amor se construye con una pareja.

Al llegar al aeropuerto me di cuenta de la soledad que se siente cuando dejas todo lo que conoces por un sueño, por esa ilusión de hacer algo que crees correcto y que pese a todas las circunstancias en contra, te aventuras a tener éxito, ya lo decía yo, el éxito es un camino algo solitario.

Pasé los filtros de seguridad, y sin nada más que mi mente decidí echar un vistazo por ahí, compré un café unos roles glaseados pues su diminuta figura me pareció extraordinaria y una vez preparado para la espera del vuelo con todo lo que necesitaba para crear me puse a escribir.

Esta es una de esas ocasiones en las que aún rodeado de personas, me siento solo, quisiera mandarte un mensaje diciéndote "ya no tardo en llegar a tu encuentro" pero no puedo, pues las circunstancias me lo impiden; pudiera hablarlo con muchas personas más o enviar otros mensajes pero sencillamente no tengo la motivación, el deseo, es justo en estos momentos en los que me siento solo y en el fondo sé que no llegaras pero aún así yo si me presentaré, porque para mi romper una promesa no es opción.

Después de una larga espera por fin, vuelo 2214 puerta 7, se abrieron las puertas de par en par, mientras que la persona que revisaba los boletos decía "Destino a Guadalajara, baje las escaleras y aborde el camión de la izquierda" por dentro reí hasta llorar y pense - ¿camión? mis huev... el viaje en camión a Guadalajara tarda como 16 hrs, y yo pagué por un viaje en avión, y en avión me voy, después de tener la satisfacción de abordar mi avión, mi alma descansó, ya no había marcha atras era un hecho, estaba a una hora de cumplir con mi promesa, independientemente de la decisión que tú tomaras, yo ya había llevado a cabo la mia.

Buenas y malas decisiones son las que tomamos en la vida, pero no hay que arrepentirnos de ninguna de ellas, yo por lo pronto puedo decir que tengo la satisfacción de creer que hice en su momento lo correcto, juzgar mis actos desde fuera me llevan a comprender que mi camino está lleno de éxitos por todo lo que pasó aquella noche.