El día de hoy les hablaré de dos comportamientos bastante frecuentes que se observan en las relaciones interpersonales a los que llamo síndromes y partiremos desde ese punto.
Un síndrome es según lo establecido en el Nuevo Diccionario de Derecho Penal lo siguiente:
SÍNDROME. M.L. Del griego syndrome: concurso.
Cuadro o conjunto sintomático. Serie de síntomas y signos que existen a un tiempo y definen clínicamente un estado morboso determinado.
Ahora bien el primero que abordaremos lo llamo:
"Síndrome de la princesa"
Éste es un conjunto de síntomas y signos socio-culturales que se verifica generalmente en las personas que juegan el papel femenino en cualquier relación; se establece éste punto de forma genérica debido a que dicho comportamiento también puede ser analizado en parejas del mismo sexo.
El síndrome de la princesa se origina en la necesidad pseudo natural de protección.
Es bien sabido que en la historia del ser humano quien velaba por la seguridad de la comunidad generalmente ha sido el hombre, esto es por su habilidad y fortaleza física, lo que ha generado la idea inconsciente de que así debe ser siempre.
La figura femenina en el cortejo hace un llamado de auxilio (siendo este cierto o falso), con el fin de que alguien (la figura masculina) se presente a su rescate (síndrome del súper héroe) quien puede estar claramente identificado por ella o no.
El llamado de auxilio es sólo para atraer la atención de la figura masculina, entre mayor sea el problema dichos sujetos van evaluando sus posibilidades de éxito renunciando o soportando las inclemencias hasta que en esta clase de "concurso natural" se quedan tres clases de competidores: los fuertes, los inteligentes y los distraídos.
Los primeros hacen gala del poder físico para la protección de la doncella en ese o cualquier otro problema.
Los segundos hacen gala de su poder intelectual, resolviendo la cuestión en sí misma y demostrando la multiple gama de respuestas que tienen para enfrentar los conflictos venideros.
Los terceros no saben que hacer, ni el porque están ahí, sin embargo, continúan debido a que no tienen nociones de lo que implica dicha responsabilidad, dicho de otro modo, resuelven o medio resuelven los problemas como se les van presentando en la vida.
La figura femenina al tener lo que ha deseado, que inicialmente es atención y luego resolución elige de entre estas tres opciones el que considera mejor para continuar con su proceso de enamoramiento.
Los tres factores que observan al momento de elegir:
- Que tan bien pueden manejar a su elección.
- Quien entregará los mejores beneficios (en todos los aspectos); y
- Las posibles desventajas que tendrán al momento de enamorarse frente a la persona elegida.
Si por alguna circunstancia uno de estos tres puntos es vulnerado, las posibilidades de éxito se esfuman.
¿Cómo se complementa esta conducta de forma natural con la figura masculina? sería la respuesta lógica e inmediata que se les podría ocurrir, pues bien, el hombre, también tiene su síndrome que se mencionó en lineas arriba al que yo llamo:
"Síndrome del súper héroe"
Al igual que el síndrome de la princesa, el del súper héroe inicia en la evolución del ser humano, debido a que la figura masculina tiene la pseudo necesidad de proteger.
En el momento de escuchar la llamada de auxilio, internamente siente la necesidad de correr hacia el peligro para proteger a la doncella, buscando cubrir su interés más básico, la copulación.
La figura masculina interpreta este llamado de dos formas distintas, la primera se da en razón de la fuerza, entre más fuerte es, más peligro implica y por ende la fama es superior, la segunda es por la forma, debido a que existen múltiples llamados todos los días ha desarrollado un proceso de identificación muy particular basados en la genética, si la mujer es genéticamente viable o no, estos procesos se logran inconscientemente y en muy pocos casos de forma racional.
La primer forma de demostración de su habilidad es la resolución del problema ya sea a través de la fuera, la inteligencia o la experiencia, en este rubro en algunos casos aparece la figura del distraído que sin haber escuchado el llamado resuelve el conflicto considerándolo propio.
La genética juega un papel muy importante en este toma y daca del cortejo, esto es debido a que el primer contacto que se tiene entre los dos sujetos involucrados (en la relación, con independencia del conjunto que responde al llamado) se evalúan mutuamente con base en sus antecedentes psicológicos de lo que es bellamente aceptable.
Es justo después de la resolución del primer problema en el que la persona masculina decide o no iniciar sus pretensiones, quedando a la disposición de ser aceptado por la figura femenina quien por naturaleza es quien dictará las reglas del juego (cortejo) de ahora en adelante, teniendo la figura masculina el derecho de renunciar en cualquier parte del proceso.
Los tres factores que observan las figuras masculinas son:
- Que tan rápido puede conseguir su interés.
- Que tanto riesgo existe a través de la competencia
- Si existe un nuevo llamado cual es la viabilidad de tomarlo sin riesgo interno.
Si por alguna circunstancia en alguno de estos tres puntos existen pocas posibilidades de éxito, no arriesgará su integridad, sea cual sea su característica.
Espero les divierta un poco a los que son agudos en su observación.